Figura fundamental de la fotografía de posguerra, desde su debut en los años setenta, Chris Killip abre una nueva vía en la fotografía documental: el retrato de la clase obrera, en pleno proceso de desmantelamiento de la industria que la había creado y mantenido desde principios del siglo XIX.
El propósito no es mostrar la experiencia histórica, sino la vida real en el Norte de Inglaterra entre 1968 y 2004. La fotografía de Chris Killip se inspira en fotógrafos de los años treinta como son Paul Strand, Walker Evans, Bill Brandt, y August Sander, a la vez que recoge influencias de autores que llevaron a cabo una profunda renovación del género de la fotografía documental tras la Segunda Guerra Mundial.
A través de una selección de más de un centenar de imágenes realizadas entre 1968 y 2004, esta exposición acerca al espectador a la influyente aunque no demasiado conocida obra Killip que en los años sesenta abrió una nueva vía en la fotografía documental, vía que seguirían autores como Martin Parr, Tom Wood o Paul Graham.
“En el admirable trabajo de Chris Killip, la fascinación y el respeto por la vida cotidiana y por la gente han encontrado una expresión que pone de relieve las peculiaridades y diferencias sociales y culturales, cada vez menos visibles en nuestro mundo globalizado”, explica Ute Eskildsen, comisaria de la retrospectiva. La confusión, el caos, el dolor, ligados a esas circunstancias, son narrados por Killip desde el punto de vista de la experiencia cotidiana, interiorizada por los ciudadanos, y no desde el punto de vista del historiador objetivo, ajeno a los hechos.
Si os gusta el arte y en especial la fotografía no dudéis en visitar esta gran exposición.
Fechas: 1 de octubre de 2013 – 24 de febrero de 2014
Más información en:
No hay comentarios:
Publicar un comentario